Andanzas de mi Maestro Héctor Melesio

Son tantos los buenos recuerdos, tantas las grandiosas enseñanzas, tanto lo increíblemente vivido con mi padre, que he decidido compartirlo con ustedes.

Hace dos semanas, viajé a la Ciudad de México a revisar un tema empresarial. Llegué al hotel de siempre, oh sorpresa, al llegar al lobby del hotel, me encuentro con uno de los transportistas que movía a mi padre cuando estaba en la ciudad. Al verme, pude sentir que se le nubló la vista y con un fuerte abrazo, me dio el pésame acompañado de unas palabras que jamás podré olvidar.

Iba por dos días, pero los recuerdos y las andanzas de mi padre por aquella ciudad, me obligaron a quedarme dos semanas.

Al salir del hotel, la majestuosa Alameda central de la CDMX, lugar que acostumbraba mi padre para salir a leer, caminar, desayunar (exquisitas quesadillas de huitlacoche) e inclusive en alguna ocasión, hacer transmisiones en vivo para sus seguidores. Cabe aclarar que, aunque le encantaban las de huitlacoche, el no cambiaba su restaurante favorito, “El Cardenal”, de donde seguido me marcaba y me mandaba fotos de platillos y panes que él quería para su restaurante “Casa Maria”, del que luego les hablaré mas a detalle.

Recuerdo que un día llegó a mi casa, y de su maletín sacó dos bolillos de “El Cardenal” y me dijo, hay que procurar hacerlos igualitos. También de ahí le surgió la idea de hacer el FAMOSÍSIMO chocolate caliente de “Casa María”.

En alguna ocasión, a petición de el, tuvimos a la venta torta de escamoles, omelette de huitlacoche, flor de calabaza y cuantas ideas se le iban presentando o cosas que él veía en el sur del país y “me recomendaba” (ordenaba) implementar en el restaurante. Difícilmente pudimos mantener esas proteínas en el menú, ya que no era muy común su venta.

Me vienen tantas cosas a la cabeza, pero poco a poco las iré aterrizando. Lo haré, como un tributo a mi padre, mi manera de vivir este duelo y poder, recordarlo con alegría.

Te abrazo.

Héctor Melesio